Cómo convertirse en profesional de un deporte

 

Para llegar a lo más alto no es suficiente con amar el deporte. Se necesita apoyo y esfuerzo.

Muchos niños y niñas sueñan con convertirse en deportistas profesionales cuando sean mayores. No importa el tipo de deporte que practiquen, aunque es evidente que cuando se empieza es porque se tiene una gran afición. No obstante dar el salto de aficionado a profesional es un camino bastante complejo. Exige mucho tiempo y dedicación, así como contar con una buena orientación y no dejar de lado otras cosas importantes de la vida.

Empezar desde muy jóvenes

La mayoría de deportistas profesionales que se dedican hoy a ello comenzaron a una edad muy temprana. Algunos de ellos ya formaban parte de equipos a los 5 o 6 años, pasaban tiempo entrenando y formándose en una escuela de deportes o ambas cosas.

Los expertos indican que comenzar a esta edad es el mejor modo de ir ganando experiencia y definirse como deportistas. A medida que la edad se retrasa, en el futuro se harán evidentes determinadas carencias, sobre todo cuando se compare su nivel con el de otros jugadores de su misma edad que lleven más tiempo practicando el deporte escogido.

Muchas horas de entrenamiento

El deporte de élite exige un nivel muy alto para competir. El paso de amateur a profesional obliga a practicar muchas horas a lo largo de la semana, ser constantes y disponer de asesores cualificados para orientar el entrenamiento en el camino correcto.

Esto requiere a veces que se tenga que renunciar a determinadas cosas. Por ejemplo, quien quiere dedicarse a un deporte al máximo nivel necesitará controlar lo que come, cumplir con un horario estricto de actividad y descanso u organizar sus planes conforme a las competiciones y el entreno. Por eso es bastante complicado que un deportista profesional tenga tiempo para salir con sus amigos por la noche o participar en otras actividades similares.

Una preparación mental fuerte

El deportista de élite no llega a ese nivel solo con su físico. Aunque es evidente que tener condiciones para el deporte que se quiere practicar es un punto a favor, también se necesita una preparación psicológica adecuada. Habrá momentos en los que todo salga mal y aparezcan las ganas de abandonar, o situaciones que pongan a prueba la concentración. Por eso se necesita trabajar en mantener bajo control la frustración y otros factores negativos. Y tener una gran fuerza de voluntad para continuar avanzando.

Campamentos deportivos, una buena ayuda

Como hemos dicho antes, el apoyo de un asesor experto es fundamental. La línea entre un simple aficionado y un deportista de alto nivel puede ser muy fina, y no contar con un entrenador cualificado es un lujo que no se puede permitir.

Afortunadamente hoy existen campamentos en el extranjero dedicados a la práctica deportiva. En estos se puede potenciar el talento y mejorar en cualquier nivel gracias a sus programas específicos, de la mano de entrenadores con experiencia y certificación internacional.

Estos campamentos tienen una serie de ventajas interesantes. No solo están dedicados a la práctica deportiva, sino que también se trabajan otros talentos como la colaboración y el trabajo en equipo. Como vienen niños y jóvenes de todos los rincones del planeta, se crea un entorno multicultural en el que se aprende a respetar otras costumbres, además de que se perfecciona el inglés como idioma para que todo el mundo se entienda.

Disfrutar es importante

Llegar al mundo profesional no es un camino fácil. El ritmo de vida que debe llevar un deportista de élite no es compatible con una vida normal. Además, incluso quienes consiguen ganarse la vida de este modo pueden estar lejos del nivel de las estrellas. Aún así, es fundamental disfrutar de la experiencia y no obsesionarse con llegar a un nivel imposible. Con esfuerzo, talento y una buena preparación tanto física como mental seguro que los éxitos llegarán.

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